Historia

Historia Cofradia “Santa Ana” de Llanes

Desde el siglo XIII, aparece organizado el Gremio de Mareantes San Nicolás de Llanes, especie municipio industrial independiente, que en el siglo XIV logró gran prosperidad. Pertenecian a el gentes de esta villa, Póo, Celorio, Barro, Niembro, Hontoria y Cuevas del Mar, cuya principal pesca era las ballenas. Merced al trabajo tan asiduo y lucrativo que suponía la pesca de las ballenas surgió la riqueza, a cuya influencia se vio aumentar considerablemente el número de marineros, de tal modo, que en las levas de los años 1665- 1667 y 1674 correspondieron a Llanes 65 marineros, ascendiendo el número de estos en el año 1696 a 228 según una lista creada en el mismo año por el mayordomo de la Cofradía de Mareantes de San Nicolás.

 

Fueron en aquellos lejanos tiempos las aguas de Llanes muy abundantes en cetáceos de grandes tamaños. En la Gaceta Oficial de Madrid del 7 de Febrero de 1800, se puede leer que el diez de ese mismo mes, vararon en el arenal del abra de San Antonio, en la parroquia de Nueva, más de 400 cetáceos, de los que 138 quedaron en seco y se pudieron aprovechar por el vecindario de dicha parroquia. Las ordenanzas del Gremio de Mareantes San Nicolás de Llanes, fueron aprobadas por los Reyes Católicos y modificadas en 1492- 1594- 1608 y 1674. Decayó en el siglo XVIII y se extinguió en la primera mitad del XIX, A finales del siglo XVIII, debido a la importancia de algunos accidentes marítimos y a la falta de medios con que se contaba en los puertos para las tareas de salvamento, asi como las precarias condiciones con que se encontraban las instalaciones portuarias, se crea la Sociedad Española de Salvamento. La de Llanes se constituyó en Mayo de 1887, pues de todos es sabido la importancia que tuvo el puerto de Llanes, desde los tiempos de la Edad Media, principalmente en los siglos XVI y XVII, cuando los marineros llaníscos llegaban hasta Terranova, por no decir de la pesca de la ballena que tanta importancia tuvo para la economía de Llanes.

 

Desapareció la pesca de la ballena en Llanes, pero su litoral amplio en caladeros, como por ejemplo son, Pelayo, Cabeza de Manuelo, Gantíl del Medio, Resueste, Abascal, Las Piedras, La Blancona, El Reviru y parte del Cachuchu ricos en merluza, besugo, mero, palometa, etc., como asimismo su baeda en las diferentes especies de pescado, moluscos y mariscos (langosta, bogavante, centollo, nécora y otros), fue motivo por el que el puerto llanísco, en los años veinte contaba con una flota de barcos a vapor considerada como una de las principales del litoral asturiano, con un censo de Pescadores que en los años cuarenta eran superior a los doscientos cuarenta. Eran grandes las cantidades de pescado que en la lonja llanísca se subastaba, tanto de las embarcaciones locales como las de otros puertos, que a diario faenaban en aguas llaniscas, a las que también se acercaban barcos arrastreros, incluido franceses. Muchas fueron los marineros procedentes de otros puertos, que en embarcaciones de Llanes buscaron plaza y aquí fijaron su residencia.

 

En el año 1931, fecha de la proclamación de la Segunda República, se crean los llamados Pósitos de Pescadores. A los marineros de Llanes, como a los de otros puertos, se les ofrece la posibilidad del cambio de denominación y la aparición de una nueva entidad que traiga alguna ventaja, como el Crédito Social Pesquero. El Pósito de Pescadores de Llanes, inaugura nueva Lonja de Pescado (La Rula), a principio de 1936 y nombre nueve Junta Directiva, que queda constituida por, León de la Fuente, como presidente; vicepresidente, Gabriel Noriega Fernández; Secretario, Ramón Díaz Trespalacios; Tesorero, Agustín Guijarro Junco; y vocales, Antonio Carriles Crespo, Gabino Bustinza y Modesto San Román. El viejo local sito al principio de la calle Marqués de Canillejas, lo siguió llevando el Pósito en alquiler, para destinarlo de almacén, en el que se guardaban redes, rabas y demás utensilios. Era tanta la pesca desembarcada y subastada en el puerto, que Llanes contaba entonces con cantidad de fábricas de conservas, salazón y escabeche, repartidas por diferentes lugares de la villa, como por ejemplo eran la del popular Fallo, en el Barrio de La Moría (próximo al Fuerte), “La LLanísca” de Conde y Teresa en la calle Marqués de Canillejas, en donde asimismo estaba la de Domingo Hernández, también se estableció en ese misma calle Antonio Maya Conde con la fábrica "La LLanisquína", en la calle Gutiérrez de la Gándara tenían sus fábricas Felipe González y el italiano Alfonso Orlando, en la calle Marqués de Argüelles esteban "Fragardi" de francisco Garcia Llerandi y otra de Alfonso Cimino, Rafael Balán tenia su fábrica al final de la calle Marqués de Canillejas y Angel Gutiérrez en la calle Tomás Gutiérrez Herrero próximo al Campu el Gatu.

 

A principios de los años cuarenta en que acabada la guerra civil, se crea la Organización sindical y los pósitos pasaron a ser Cofradías Sindicales de Pescadores y debían estar bajo la advocación de un santo o santa. En Llanes fue elegida Santa Ana, día 26 de Julio, que sigue siendo patrona de la Cofradía en la actualidad, y desde entonces se viene festejando el día de la patrona en todo lo alto, con Procesión por el mar incluido. Se formó la primera comisión de festejos, que la componían los marineros siguientes: Ramón Garcia del Cueto “El Buzu”, Manuel Garcia González “Garbanzu”, Aurelio Diaz Sordo “La Nutria” y Luis Fernández Trespalacios “El Parajelu”. Una de las principales costeras, era la del bocarte, importantísima, ya que proporcionaba, trabajo a muchas familias de la villa, no solo por lo concerniente a la pesca, sino también a todos los trabajos relacionados con la misma.

 

La decadencia del puerto de Llanes comenzó curiosamente con la modernización de la flota, a lo que ayudaba el Crédito Social Pesquero, organismo que daba grandes facilidades para construir o adquirir barcos de mayor tonelaje o potencia, pero los armadores llaniscos no pudieron acogerse a dichos beneficios, dado las deplorables condiciones del puerto. Cuando se empezó a pescar Por el sistema de la "ardora" y la luz, las embarcaciones de Llanes no podían competir con los mallores y modernos barcos, con sus detectores de pesca, viveros, sondas, radar, telefonía y grandes aparejos de fibra sintética, maravilla de la técnica moderna. No era preciso ser ningún profeta para augurar que la decadencia de la pesca en Llanes, no tardaría mucho en quedar reducida a lo que es en la actualidad.